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Elementos clave: la cabeza

La cabeza es la parte del clavo que es golpeada con un martillo, o en el caso de las herramientas neumáticas, por el clavador. Puede ser redonda, de media luna o descentrada.

Los clavos de cabeza redonda son iguales a los que puede encontrar a granel en cualquier ferretería. Están unidos en bobinas o peines para no tener que cargar un clavo cada vez que se dispara.

  • Todos los clavos en bobina son de cabeza redonda.
  • No todos los clavos en peine son de cabeza redonda.

Los clavos de cabeza de media luna y descentrada se presentan siempre en peine a fin de permitir que los cuerpos estén lo más unidos posible. De esta forma es posible cargar más clavos en la clavadora y aumentar su autonomía.

Una clavadora de clavos de cabeza redonda en peine puede cargar normalmente 50 clavos mientras que una clavadora de clavos de cabeza de media luna puede cargar unos 75. Por supuesto, el número de clavos siempre dependerá de la medida del cargador y el diámetro de la caña de los clavos.

Hay muy poca diferencia entre el poder de sujeción de un clavo de cabeza redonda y el de uno de cabeza de media luna ya que es el cuerpo el que realiza la mayor parte del trabajo. La cabeza solo entra en juego si el cuerpo empieza a salirse del material. La cabeza impide que el material superior se separe del material base. En caso que el material superior sea demasiado blando, la cabeza puede acabar atravesándolo. La resistencia a este proceso es muy similar para los dos tipos de cabeza.

Si necesita más información sobre un clavo en concreto, por favor contacte con su centro de atención al cliente más próximo.

Los brads tienen cabezas rectangulares. La base de la cabeza es la misma que la de la caña mientras que la altura es superior. Esto asegura un poder de sujeción que es, sin embargo, menor que el de los clavos de mayor cabeza, sea redonda o de media luna.

Las cabezas de los clavos varían en función del diámetro del cuerpo y el trabajo a realizar. Un clavo de poca caña con una cabeza grande podría romperse por el cuerpo. Por otra parte, aumentar el tamaño de la cabeza implica reducir el nombre de clavos que caben en una bobina o peine. En algunas aplicaciones especiales como, algunos trabajos en tejados, se precisan clavos con una cabeza mayor. En la fijación de tejas shingles se emplean clavos roofing con cabeza de 10 mm para fijarlas firmemente e impedir que se las lleve un fuerte viento.